Por qué son importantes las rutinas


Las rutinas nos ayudan a crear una estabilidad en nuestras vidas. No sólo a la hora de hacer un trabajo o tarea, si no que nos acostumbra a realizarlo y por tanto hace que no cause tanto esfuerzo el ponerse a ello.

Además, al llevar un horario marcado, se acaba convirtiendo en algo automático y deja libre la carga de tener que estar pensando en qué y cuándo realizar la siguiente acción o de tener que mirar la agenda momento tras momento.

Estos hábitos, llevados al campo de los niños, ayudan a interiorizar el orden y la autodisciplina, además de mejorar su seguridad en sí mismos.

¿Cómo crear rutinas?
A ser posible, es aconsejable crearlas desde la infancia.

Los hábitos van acompañados de responsabilidades, como ayudar a poner la mesa, recoger sus juguetes (o su cuarto), vestirse, bañarse solos... y estas tareas irán aumentando (no solo en cantidad si no también en responsabilidad) a medida que el niño crezca: televisión, paseo, juego...

¿Cómo ponerlas en práctica?
Las rutinas deben establecerse a lo largo de toda la semana, no de Lunes a Viernes. Esto crea una sensación de constancia y seguridad en los pequeños.

Se crearán unos horarios para levantarse, desayunar, trabajar, comer, siestas, jugar, estudiar, pasear, bañarse e irse a dormir.
Aunque os suene absurdo, es incluso recomendable acostumbrar a los pequeños a ir a las mismas horas al baño para acostumbrar a su cuerpo a un horario.
Incluso está comprobado que nos niños (y no tan niños) que mantienen un horario de sueño, mejoran su capacidad de aprendizaje y respuesta.

******************

Cuando el niño abandona esta etapa y llega a la adolescencia, comprende y asimila los horarios de trabajo, estudio y tiempo libre entre otros. Estas pautas le ayudarán a asentarse en la sociedad e incluso a mejorar su calidad de trabajo individual.